Dia 23 - Primavera.
Ni siquiera sé porque estoy haciendo esto. Te encontré; pequeño libro dorado con una D gigante en la portada.
¿Sabes dónde? Entre un montón de papeles, metido en aquel cajón, en lo más profundo de mi oscuro armario. ¿Aquel que no abro desde que tengo ocho años? Sí.
Nunca pude completar ni supe como completar uno de estos. Siempre veía a muchas niñas con lazos en los cabellos caminando por la escuela con sus diarios pegados al pecho. Chillaban cuando alguien los intentaba tocar, y sin embargo nunca los dejaban en sus casas. Creo que por eso nunca intenté de buena manera llenar uno. Aún así tú me gustaste tanto que te guardé.
En las primeras hojas ya está escrito - con mi horrible letra infantil - la narración de un día normal en mi vida infantil.
He de decirte que muchas cosas han cambiado.
La perrita Missy murió. Ya no soy la mejor amiga de la perrita Delly (ni mucho menos su amiga). Y mucho menos soy adorable (cabe aclarar que nunca lo fuí).
Quisiera decirte que sigo siendo igual de feliz e inocente. Pero no.
¿Cómo decirte que soy feliz si mamá murió hace 4 meses, dos semanas, 5 días?
Fue tan repentino.
Esa mañana ella estaba sonriendo, como siempre. Sus ojos canela brillaban por el reflejo del sol. Su rubia melena lucía despeinada debido a que nunca estaba quieta. Y su sonrisa era más que deslumbrante.
Por más extraño que parezca ese día ella despeinó mi cabello y me dio un beso en la nariz, como cuando era pequeña.
''Más te vale tener el cuarto ordenado cuando regresé '' - fueron las últimas palabras que escuche de ella.
No regresó.
Y hoy, cuatro meses después, decidí ordenar por completo mi cuarto.
Saqué los peluches, limpié las paredes, barrí, aspiré. Y terminé llorando sentada junto a la ventana.
¿Razones? Nos mudamos.
Ni siquiera sé porque te estoy contando todo esto. Solo...creo que necesitaba ''decirselo'' a alguien que no rompiera en llanto en cuantó terminará.
En ocasiones, la compasión de la gente no ayuda, sino apesta.
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