Ella es mi chica de papel. Perfecta, hermosa, divertida, y astuta. ¿Parece no existir no?
No te describiré como es, no es el caso. Ni te diré lo que suele hacer o con quienes suele estar. Solo te diré que está loca, literalmente. Anda perdida en su mundo, soñando con castillos de algodón y pensando en el algún día ella será la que traiga la paz al mundo.
La conocí hace tanto tiempo. Era un día soleado, y su imagen apareció frente a mí. Era hermosa, la chica que estaba seguro todos amarían. Me sonrió y quedé encantado. Sin embargo, en ella no vi lo que siempre eh visto en las chicas. Esa mirada tonta e ilusa, que está segura de estar enamorada sin haber hablado con aquel misterioso chico. No, en su mirada vi astucia en inteligencia. No iba a dejar que me acerqué.
Y desapareció tan rápido como apareció.
Al día siguiente fui al mismo lugar, y nuevamente apareció. Esta vez se acercó a mi lado y me preguntó porque el amor era incierto. Le contesté que aun era muy joven y tendría que esperar al caballero negro que le enseñara todo lo implicaba el amor.
Ella se encogió de hombros y desapareció.
Desde entonces siempre fui al mismo lugar. A verla. A ver como le rompieron el corazón y ella misma lo recompuso. Como tuvo que salir adelante aunque todo se estuviera derrumbando a su alrededor.
¿Porqué no la ayude?
Ella está encerrada entre mi pluma y el papel blanco en el que escribo su historia.
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